Dia 3 " Conseguir comida o convertirse en ella" Parte 1

Querido diario, sigo vivo, para empezar, que no es poco.
Hemos conseguido asegurar el bloque de pisos donde nos encontramos, pero resulta que los inquilinos desaparecieron llevandose toda la comida con ellos. De momento hemos sobrevivido a base de pasta precocinada y latas de conservas que encontramos en las profundidades de los armarios de la cocina.

Tras tres dias, ya no queda nada.
Inexplicablemente nos hemos comido toda la comida de la que disponiamos. Hemos explotado dos microondas, prendido fuego a varios pisos, y me pareció ver a alguien chupando platos a escondidas con restos de comida de a saber cuanto tiempo. Estamos jodidos.

Por votación popular, yo y el chico vestido a lo guerra de las galaxias hemos sido elegidos para salir a recolectar comida. En dicha votación solo participaron nuestro amigo el psicópata, su escopeta y su mirada altamente intimidatoria. No me gusta que me llamen inútil y que me digan que si muero a nadie le importará, pero claro, a ver quien tiene cojones a llevarle la contraría a un tipo con esa mirada a lo " tigre sediento de sangre".


Querido diario, me encuentro en la puerta del bloque de pisos, armado con una tostadora, una sartén y teniendo de compañero a alguien que llamaba "sable láser" a la pata rota de una mesa de cocina.

- Todo va a salir bien padawan, la fuerza es poderosa en tí - Esas fueron sus palabras de ánimo.

Al parecer, a la vuelta de la esquina se encontraba el supermercado, se encontraba él, y una gran horda de muertos vivientes campando a sus anchas por la calle.
Despues de estudiar miles de posibles tácticas de batalla, optamos por la más apropiada para la ocasión.

" TÚ CORRE Y NO MIRES ATRÁS"

Abrimos la puera de golpe, lancé la tostadora al primer caminante que teniamos mas cerca, obviamente no sirvió de nada, pero quedó de puta madre y nos dió dos segundos extras para evitar el cruel abrazo de la muerte. Y corrimos, esquivando a los muertos en unos segundos que se me antojaron a cámara lenta.
Nunca había sido muy popular, pero vamos, empezaba a estar hartito de que todo el mundo quisiera abrazarme y comerme, literalmente, a besos.

Desenvainé mi sarten y con un fuerte revés, me deshice del último ser que intentó abalanzarse sobre mi.
Finalmente nos dimos de bruces contra las puertas automáticas. No se abrieron. 5 eternos segundos después seguian sin abrirse. Genial, pensé, sin electricidad... no se abririan.
Para entonces los muertos nos habían rodeado, espalda contra espalda, forcejeando contra ellos, las oportunidades de salir vivos de allí comenzaron a caer en picado, hasta que..

- Por la puerta de carga, entrar, debemos - Me sugirió mi compañero.

Obviando el extraño tono de su voz al plantear su idea, logramos escapar de la multitud que comenzaba a agolparse alrededor nuestro, no sin cierta resignación, al escuchar un "zuuuum, zuuuuum " proveniente de mi aliado al asestar cada golpe con su pata rota de la mesa de cocina.
Giramos la esquina, allí se encontraba el portón de carga. Por suerte para nosotros, la persiana estaba algo subida, asique con cierta dificultad conseguimos entrar en el edificio, para acabar bajándola y pudiendo respirar aliviados por primera vez.

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